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Moodle y la potencia del software libre

En la pregunta de por qué invertir tiempo en capacitarse en el uso de Moodle hay algo de la batalla entre software libre y software propietario. Pero con un giro: Moodle es la prueba de las formas en que el software libre es superior. Les cuento lo que me pasó a mí.

En 2006 yo era “el chico de las computadoras” en el departamento de Educación a Distancia de la Facultad de Lenguas de la Universidad Nacional de Córdoba. Teníamos dos instalaciones de E-ducativa y tres de Moodle, coleccionábamos plataformas. Lo interesante es que E-ducativa era inmutable. Personalmente no me gustaba la cantidad de clics que había que hacer antes de llegar al material y no había forma de cambiarlo. No había pieles, ni mods, ni plugins que bajar de ningún sitio. En 2006, antes del iPhone, cuando la capacidad de reproducir multimedia no era la prioridad de ningún sitio, E-ducativa se me antojaba un laberinto aburrido. Si querías modificaciones, había que preguntar el precio.

Moodle, todavía joven, para esa época ya tenía una comunidad sólida que te daba una mano si querías, como yo, instalar Moodle en un servidor compartido. O si necesitabas luego agregar funcionalidad en una instalación de la universidad. En esa época lo plugins multimedia no se activaban por defecto. Para reproducir YouTube había que instalar un plugin aparte. Y poder grabar voz en una respuesta era impensado.

Había una herramienta que se llamaba NanoGong que te permitía grabar audio en cualquier caja de respuesta. El departamento de fonética casi hace una fiesta cuando logramos que funcione. Moodle no solamente era gratis, tenía pieles, plugins, mods y una comunidad activa que agregaba propiedades todo el tiempo. Entonces me pasó que, a menudo, cuando yo pensaba en algo nuevo que podía hacer la plataforma: no tenía más que buscar para encontrar eso desarrollado por otros. Listo para bajar, totalmente gratis.

Moodle no solo es un software libre, Moodle es la prueba de la potencia del software libre que va mucho más allá de su gratuidad. Es un software vivo que crece en los hombros, no solo de Martín Dougiamas, sino en una comunidad vibrante de la que estamos invitados a formar parte.